miércoles, 10 de octubre de 2012

SITGES 2012. THE LORDS OF SALEM


Debo reconocer que este era, sin duda uno de los films que más ganas tenía de ver en el Festival de cine de Sitges. Pero ahora que lo he visto no me honra decir que arrastré a mi novia al Auditori a verla a las 10 y cuarto de la mañana, pobrecilla, menudo esfuerzo ver semejante despróposito.

The lords of Salem, o lo que es lo mismo: el mayor monumento a la mente perturbada y falsamente provocadora de Rob Zombie es una peli de terror que funciona en un crescendo continuo, que empieza de maravilla, con un ritmo lento que te introduce poco a poco en la trama y que cuando te tiene dentro te zarandea hasta dejarte exhausto, pero no en el buen sentido de la expresión "dejar exhausto" si en el sentido en que acabas de ver Two girls one cup, así de exhausto. 

Cuando la peli hace que confíes en ella, el vinilo de The Lords suena, el mal rollo aumenta lentamente y la mente de Heidi, la protagonista, se va deformando a paso de caracol, llegas a pensar que si esto continua así la peli apunta maneras, que puede llegar a ser buena y la realidad es que esa parte es envidiable, recuerda mucho al cine de terror de los setenta, con esos rellanos de fincas de apartamentos, esas puertas entreabiertas y esa música malrollera. Hasta aquí todo bien. Hasta aquí.


Entonces, toda la trama que seguías con cierto interés, el rollito ese de las brujas, que llega a enganchar, el escritor del libro sobre Salem y todo lo que, hasta el momento en que la protagonista entra en el apartamento de al lado, todo convence. Pero entonces la peli da un giro de 180 grados y es cuando Rob Zombie pone las cartas sobre la mesa y la verdad que tiene una mano horrible, nada queda ya en la filmografía de este hombre/director/cantante de su debut allá por el 2003 en La casa de los mil cadáveres, aquel circo freak que recordaba muy mucho a la La matanza de texas y molaba. Nada en este film recuerda aquel, mucho ha llovido desde entonces y lo que en aquel debut era original y fresco, todo le salía de dentro, aquí está impuesto por una mente provocadora que sacrifica un más que disfrutable film casi de terror noir por meter imágenes pretendidamente sucias e impactantes. Eso es trampa Rob y lo has pagado.


Pero permitidme que me explaye un poco hablando del último tercio de esta peli, cuando no es que su director pierda el rumbo, sino que destroza el timón y deja que su barco vaya a la deriva; aquí la trama ya no importa, da igual que ciertos aspectos del film que hasta entonces quedaban escondidos para dotar de intriga a la historia se pasen por el forro para llegar a este tercio con la trama lo suficientemente destrozada como para que nada importe y todo quede al servicio de Zombie y de su mente perturbada. Preparaos para el desparrame, la parte en que la prota entra en la habitación esa y suena el Requiem de Mozart y sale el enano ese y toda la pesca, duele, pero todo la ida de pinza final, cuando su director mete todo lo que se le pasa por la cabeza que de mal rollo y que por momentos parece una pesadilla casi Jodorowskiana con mujeres desnudas con cabezas de toros, casi nada el tío! es insufrible y exageradamente desagradable.

En fin, el claro ejemplo de un egomaníaco que es capaz de sacrificar un film que, tal vez no llegara a ser la leche pero si que iba por el buen camino para serlo, que termina siendo un ridículo espectáculo a mayor gloria de la mente estropeada de su creador un Rob Zombie más pasado de rosca que nunca. Una lástima.

4/10


SITGES 2012. LO IMPOSIBLE


Llevo un buen rato pensando en como puedo empezar esta crítica para que os enganche. Creo que ya lo tengo: Lo imposible es la mayor comida de tetas de la historia del cine moderno ¿he creado cierto hype? Me alegro.

Esa frase tan poco apropiada tiene una explicación y esa explicación, como crítico vuestro que soy os la voy a dar jeje.
Estamos todos de acuerdo en que este es el estreno del año de todas todas, pero ¿es la película del año? no, no porque no lo intente, sino porque no llega, porque J.A. Bayona no arriesga por miedo a no ganar, se resguarda bajo el tejadito de la espectacularidad, la sensiblería y esa obligación que mata por completo su personalidad al querer gustar tanto a todo el mundo. Bayona no se lanza al toro, no deja atrás ese tejadito en el que tan seguro se siente, no sale y se moja, no nos da unos personajes con garra, más allá del de Naomi Watts que es el único que de verdad está trabajado y bien construído; el director, que ya no es un principiante, en este su segundo largometraje debería dejar atrás esos miedos del debut e ir más allá, no le pido que no me hable de su tema más recurrente que es la familia, que lo haga, pero que no cargue tanto las tintas, que no vaya hasta el exceso y no busque tanto la complicidad del público, por eso Bayona no llega, no llegaba en El orfanato y no llega en Lo imposible, tiene miedo a que le salgan mal las cosas, pero tampoco desea descubrir que pasaría si saliera a matar, que probablemente cortaría las dos orejas y el rabo, porque tiene talento para ello.


Y mucho ojo a la historia, que es potente como ella sola, no ya porque esté basada en un hecho real, que eso ya le da un mas 5 de complicidad, sino porque la manera en que están rodados los primeros 40 minutos de peli es espectacular, por momentos piensas en estar viendo la obra épica que Bayona algún día nos dará, pero no, si al principio del film, durante 15 minutos, el director se piensa que por decirnos: aquí hay una madre, aquí hay un padre y aquí hay unos hijos ya está todo hecho está muy equivocado, no hay profundidad, no le preocupa saber de donde vienen los personajes ni donde van, joder tío! tienes un testimonio de primera mano para completar ese hueco, curratelo un poco para que conectemos con ellos y me importe lo que les pasa. Pero no, otra vez el miedo arriesgar.

Pero de repente llega el tsunami y la película coge una velocidad y una fuerza arrolladora, ahí es cuando te dejas llevar y gozas, ahí es cuando Bayona es un director como la copa de un pino, durante el tsunami y lo que viene inmediatamente después del tsunami, todo funciona como un reloj hasta que Naomi Watts y su hijo, perfectamente interpretado por un soberbio Tom Holland llegan al hospital y la peli baja el ritmo, se mete bajo el tejadito que he mencionado antes y deja que los acontecimientos, mil veces vistos y para nada trabajados hagan su faena. Mal.


Y si antes he mencionado el papelón de la Watts y del actor que interpreta a su hijo, Tom Holland es porque en el reparto está la gran baza del film, cualquiera que pase por ahí y cuente algo está de puta madre, sobre todo los protagonistas que hacen creíble el film en todo momento, Ewan Mc Gregor está espléndido, como siempre y hace lo suyo con su parte del film, de calle un gran personaje desparovechado, un padre y marido coraje que, y redundo con el miedo, Bayona no explota. Y es que hasta los secundarios, con sus subtramas nada pero nada nada explotadas están de maravilla aunque sus historias, muy pero que muy jugosas no tengan cabida en el juego de lágrimas del director.

Bueno, pues ahora es cuando os explico el porque de la frase del principio, por si aún no os ha quedado suficientemente claro: J.A. Bayona es un como un quiceañero pajero que está apunto de perder la virginidad con una macizorra salida y que cuando debe entrar a matar se entretiene demasiado en comerle las tetas, lo hace de maravilla pero ambos se quedan con el calentón porque ese quinceañero con miedo a la penetración que es Bayona se siente agusto ahí fuera, viendo como otros mojan y él no. Pero algún día mojará y ese día, ese día me comeré mis palabras y mi odio hacia él y me quitaré el sombrero, a ver si llega pronto.

6/10