miércoles, 24 de abril de 2013

ON THE ROAD


Debo reconocer, para empezar la crítica que no he leído la novela que marcó a una generación de Jack Kerouac en que se basa la película, desconozco a la generación beat y no tengo un espíritu viajero y tanta curiosidad por descubrir cosas de la vida como los protagonistas del film. Pero aún así me ha gustado.

On the road cuenta la historia de un joven llamado Sal Paradise, un aspirante a escritor decidido a conocer el mundo a través de los ojos de Dean Moriarty y su novia Marylou. La historia ya nos la sabemos, tanto para los que han leído la novela, que por supuesto la idolatrarán, como para el resto de mortales que ya nos empieza a oler a film mil veces visto. La verdad que como película no es que vaya a buscar una originalidad rompedora pero lo que sí busca y sin duda logra es contar la historia del aprendizaje a la vida, del conocimiento de todo lo bueno y lo malo del modo más triste posible. Es un film delicado como una florecilla pero a ratos despistado como los pétalos de esa florecilla en una noche de ventisca otoñal. Sí, se me ha pegado algo de la poesía y el pesimismo de los beat's de los cuarenta.
Y no es que la película no cuente bien lo que cuenta, lo cuenta de maravilla, con gracia y estilo pero es hacia mitad del film cuando pierde un poco el rumbo y seceden demasiadas cosas en muy poco tiempo, sn profundizar en los personajes demasiado cuando la historia lo requiere. Es un fallo horrible de guión, un guión que, por otra parte huele a años cuarenta, huele a humo de cigarrillos y a la gasolina de este coche que atraviesa las carreteras americanas hasta México.
Porque la amistad entre Sal y Dean es sin duda el gran plato fuerte del film. Acompañados por unos secundarios que no hacen justicia a la grandeza de estos personajes tan bien perfilados; la actuación de Garrett Hedlund y Sam Riley es lo mejor de la película. Porque la Stewart, como es habitual no llega, aquí casi casi llega pero no; Kirsten Dunst no me convence y los personajes de Mortensen y Buscemi son meras anécdotas que no hacen avanzar nada la historia. Es la relación de los dos protagonistas, su viaje tanto físico como emocional, sus conversaciones y sus vivencias son lo que alimenta el film. Engrandecido, claro está por una dirección impecable de Walter Salles que, aunque repite la estética y casi parece poner el piloto autómatico de cuando dirigió Diarios de motocicleta, también dota de gran personalidad al film.

Como he dicho al principio no conozco la novela original de Kerouac pero después de ver este film, un poco despistado pero cuando se mete en faena verdaderamente genial, me han dado ganas de conseguirlo y ahora que hay tantas ferias del libro por ahí danzando a ver quien me lo regala, ahí lo dejo.

7/10