lunes, 16 de enero de 2012

LOS HOMBRES QUE NO AMABAN A LAS MUJERES


Debo empezar esta crítica confesando que no he leído las novelas de Stieg Larsson pero sí he visto las pelis suecas y más concretamente Los hombres que no amaban a las mujeres sueca y me gustó, mira tu por donde y esta de David Fincher (Dios entre dioses, maestro entre maestros) me ha gustado también, pero con sus cosicas.

Si la película sueca tenía un problema muy gordo es que al verla tenía la sensación de que habían cogido el libro y lo habían adaptado desde la página 1, no había originalidad y no dejaban atrás las partes más densas, tampoco buscaban dar un ritmo que, ni aquella ni esta tienen, todo era demasiado novelesco y a mí, personalmente me molesta esa falta de autonomía por parte de los directores que cogen semejante material (que no es malo ni mucho menos) y no meten su estilo por algún lado. Me explico, este film, visto lo visto lo podría haber dirigido David Fincher o José Luis Saez de Heredia, no hay Fincher, no veo una investigación criminal superelaborada tipo Zodiac, ni veo un morbo hacia los crímenes tipo Seven, de acuerdo, fustigadme, tal vez la novela no vaya por ahí, pero no hablo de la novela, hablo de la película, y la película echa mucho en falta un plano Fincher que empieza con un padre que arropa a su hija en la cama y termina, tras atravesar toda la casa, en la ventana donde unos ladrones miran con los pasamontañas puestos, solo pido eso, no es tan difícil.


Y eso lastra el film entero. Sigo diciendo que no es una mala película ni mucho menos, es una película bastante intrigante, que cuenta de n modo muy entretenido la búsqueda de un periodista en horas bajas que con la ayuda de una emo que las ha pasado putas en su vida (y de la cual hablaré luego porque FUCK YEAH) deben resolver un caso de asesinato; la historia nos suena, la hemos visto ya antes pero aún así, del modo que nos la cuenta Fincher, el mismo modo en que nos la contó el director sueco en su momento y el modo en que nos la contó Stieg Larsoon en su novela no es el colmo de la originalidad, está bien y es por eso, porque ya nos conocemos la historia porque, de un modo u otro ya la hemos visto, esperamos ver que ha hecho Fincher con un material tan suculento y lo que nos encontramos es a un director demasiado cómodo con lo que cuenta, que no arriesga nada y que rueda de una manera tan convencional que aburre, sobre todo en la parte final, la resolución tan precipitada del caso y lo que viene después se hace eterno.


Pero si hay algo por lo que vale la pena aflojar el dinero frente a la taquilla, a parte de unos créditos iniciales que te dejan sin aliento y que nos preparan para una provocadorísima película que luego no llega; son los actores, perdón, la actriz, porque Daniel Craig siempre hace muy bien de Daniel Craig, vamos lo clava; pero es Rooney Mara la que se lleva el gato al agua porque, muchacho, la transformación de esta actriz que tiene una pinta tan frágil en esta Lisbeth Salander tan mother fucker vengativa es espectacular y si el papel de Noomi Rapace (actualmente en cartelera con Sherlock Holmes 2) en la saga sueca de Millenium me pareció demasiado seco, aquí Mara consigue que Salander me caiga bien y la ensalza a la categoría de heroína humanizando a un personaje tan complicado, que sufre tanto y esta joven actriz nos hace sufrir a nosotros con ella, espectacular vamos.

La verdad que no sabía por donde entrarle a esta película a la hora de hacer la crítica pero ya la he terminado y he dicho todo lo que quería decir, no es mala, solo le falta que veamos a Fincher asomar la cabecita de vez en cuando.

7/10