jueves, 23 de enero de 2014

A PROPÓSITO DE LLEWYN DAVIS. El largo camino de la derrota.


Nada mejor para escribir la crítica de esta hermosa y triste película de los hermanos Coen que encender un cigarrillo y ponerse la banda sonora de la susodicha película, suena a pretencioso gafapasta pero es lo que me pide el cuerpo.

"A propósito de Llewyn Davis" es, posiblemente la película más alejada del ambiente Coen de toda su carrera, aunque toque los mismos palos de siempre, el protagonista perdedor, el camino hacia ningún sitio y una historia delicada con unos secundarios tan bien dibujados que están para comérselos; si esta misma semana escribía sobre que "El lobo de Wall Street" es "lo de siempre" de Scorsese este Llewyn Davis es el giro hacia el mismo punto de arranque de los hermanos Coen.

Como gran fan de estos directores no me cuesta meterme en su universo, el protagonista, un cantante folk en los años sesenta que lucha por hacerse un sitio en el panorama musical está llena de claroscuros, un momento de triunfo frente a diez de fracaso, un viaje a otra ciudad buscando una oportunidad y la búsqueda al sombrío Nueva York con el ánimo por los suelos; Oscar Isaac se desenvuelve de maravilla, dota de una tristeza y una melancolía a este personaje que consigue transmitir con una sola mirada. 

Por que en el reparto es donde la película encuentra su mayor punto fuerte, aparte de un protagonista que tiene mucha fuerza y a pesar de lo pretencioso que suena todo hace el film muy cercano y su viaje nos llega a transmitir cosas. Y los secundarios, si bien no llegan a los de las grandes obras los Coen como lo fueron los de "Fargo" o "El gran Lebowski" si encajan de maravilla, los neoyorquinos Carey Mulligan y Justin Timberlake que tanto representan el respeto y el exito que Isaac busca están de dulce, ella con su mirada de perrito pachón que llena la pantalla y él, aún con papel no demasiado relevante lo dota de vida y mucha personalidad; luego está John Goodman y F. Murray Abraham, pequeños acompañantes de viajes de Llewyn que con su sola presencia y porte ya se llevan a sus personajes de calle, sobretodo Goodman que interpreta a un personaje muy en la onda del que interpretó en "Lebowski" y está increíble.

Un tono mucho más apagado, con una fotografía como de portada de LP de Bob Dylan (de hecho la portada del LP de Llewyn Davis es un homenaje al de uno del propio Dylan) con mucha oscuridad y con tonos marrones que ayudan mucha ambientar la época, junto con una historia que hará las delicias de los melómanos más nostálgicos y de los cinéfilos más delicados se puede decir que los Coen han vuelto con una película fiel a su estilo, una de esas que no veíamos desde más o menos mediados de los noventa.


9/10