El señor Álex de la Iglesia es un genio, un maestro del humor más bizarro en territorio patrio, pero el señor Álex de la Iglesia también tiene un problema muy gordo y es que no sabe redondear y nunca ha sabido, ninguna de sus películas, al final se la suda todo y el clímax siempre es pura y vacía pirotecnia.
La historia de los dos parados (Hugo Silva y Mario Casas) que tras robar una tienda de compra venta de oro huyen en un taxi y aparecen en el pueblo de Zugarramurdi donde existe la leyenda de que hay brujas rondando es muy curiosa, huele a cine de antes a terror cachondo donde de la Iglesia puede hacer de las suyas y hacer que todos lo disfrutemos y durante el 80% del film es así. La película funciona como un reloj, está escrita con un ritmo endiablado y las actuaciones de Silva y Casas me convencen bastante, sobre todo Mario Casas que hace aquí algo parecido a lo que hizo en "Grupo 7", salvando las distancias y sale bien parado.
Luego aparecen las brujas, unas Terele Pávez, Carmen Maura y Carolina Bang en estado de gracia, hasta la última que me ha caido siempre bastante mal aquí mantiene bien el tipo. La Maura se casca un recital espléndido y Pávez la acompaña de manera excelente, es en esta parte donde el film parece más Corman y serie B baturra que nunca y ahí de la Iglesia se mueve como pez en el agua. La película alcanza cotas de brillantez que no veíamos en este director desde los gloriosos tiempos de "La comunidad", porque a de la Iglesia se le da muy bien meter a gente en sitios y hacerlos mantener conversaciones muy bizarras.
Pero entonces llega la parte final, tras una escena de acción entretenida y poco más en la que el CGI manda por encima de todo llega el aquelarre final y las brujas "on fire" y entonces este director tira la casa por la ventana y cae en los convencionalismos de este género de terror y aventuras, echa el resto y se da de bruces contra el suelo, todo lo que ha conseguido durante una hora y veinte lo revienta en veinte minutos "mataos" por demostrar que él la tiene más larga.
Quitando un clímax final muy decepcionante la película gana en el resto, un reparto de lujo que lo da todo, unos secundarios brillantes (ojo a Enrique Villén, de calle lo mejor del film junto a Santiago Segura y Carlos Areces) y una trama entretenida nos devuelven a un Álex de la Iglesia que se divierte haciendo cine, con todo lo bueno y lo malo que tiene eso.
7/10
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