martes, 18 de diciembre de 2012

THE CABIN IN THE WOODS



Me ha costado mucho y creedme cuando lo digo que me ha costado mucho entrarle a matar a esta película, quizá sea porque no se me ocurría nada (hasta para pensar hay crisis) o quizá sea porque simplemente la amo, porque no veía nada tan espectacular en este subgénero de casas encantadas desde la obra antológica por excelencia "Terroríficamente muertos" y porque, si bien Josh Whedon no me cae muy, aunque esté detrás de todo el asunto, se ha ganado al menos echar una ojeada de vez en cuando a su trabajo tras Los vengadores, por todo eso, ahora sí, me lanzo hablaros de The cabin in the woods.

El novato en la dirección Drew Godard, un tío ya curtido dese hace años en el mundo televisivo con Whedon se lanza con este film a la palestra y no solo homenajea a TODO el cine de terror que se ha hecho durante los últimos treinta años, sino que le da la vuelta, gira la tuerca aún poco más, aunque la tuerca esté tan apretada como en un submarino y consigue sorprendernos de un modo muy bizarro. El hombre se nos marca aquí un slasher al uso, por una parte; una de fantasmas, monstruicos y demás critauras de las de siempre (nada nuevo bajo el sol en la creación de criaturas), por otra parte; y también es un desglose, una mirada al ombligo hacia el género dentro de una película del mismo género, ni yo mismo sé muy bien lo que acabo de poner, el caso es que el tío no escatima en gastos a la hora de decirnos que le molan las pelis de miedo.


El film, como idea para contar mientras tomas un café es una burrada como una casa: un grupo de amigos superestereotipados se van a una casa un fin de semana y pasan cosas rarunas, hay zombies y toda la pesca, pero las criaturas y sustos que ocurren durante los dos primeros actos del film están totalmente dominados por una especie de organización que deben sacrificar a un alma cada año para protegernos de unos dioses malvados que pretenden acabar con la humanidad, y ahora probad a decirlo todo seguidito sin respirar, veréis que risa. Como idea es una locura, como hecho es fantástico, porque los homenajes, de Craven a Raimi pasando por un Carpenter aún más hasta arriba de todo de lo habitual harán las delicias de los fans y los no fans; el slasher no decepciona, hay sangre, hay golpes de efectos prefectamente planificados y regustico antiguo en esas escenas de sexo en el bosque con matanza incluida o en ese sótano, si eso no es pura trilogía Raimi que baje Dios y lo vea.

Pero hay también, de una manera mucho más socarrona un buen tratamiento en la parte de la organización secreta, que, tal vez rompa el ritmo en algunos momentos de tensión en la parte de la casa, pues mira sí, lo rompe muy a mi pesar, que desvela lo que quiere cuando quiere y como quiere y tu te encuentras embobado viéndolas venir sin saber que va a pasar después, pues también. Y así, sin comerlo ni beberlo, con el disfrute en el cuerpo de cuando la estás gozando llega el final y esto merece una mención aparte.


Porque si por algo esta película va a ser recordada por los siglos de los siglos, aparte de por un planteamiento lo bastante original como para no hacerte tirar la toalla sobre el mundo del terror, es por ese final, que final madredediossantobendito (todo junto), aquí la locura se desborda del todo y llega en el momento justo, cuando el film, comienza a ser un poco monótono empieza el despiporre y entonces te vuelves a dar cuenta que, como en los peores capítulos de Buffy, Whedon te la ha vuelto a colar y tu has picado encantado, la película realza el vuelo a lo grande con toda la casquería del mundo puesta al servicio de criaturas y estereotipos del cine de terror que llevaban años escondidos en la organización y acaban con ella en un santiamén, una delicia para todos, de visión obligada en las escuelas de cine. Pero lo mejor está aún por llegar, porque si creías que los personajes eran vacíos y estúpidos de una manera gratuita o vaga te das cuenta de que no, que Whedon y Godard no se han currado unos personajes con un arco argumental coherente simplemente para encajar con la desquiciada escena final que incluye un cameo de los de guardar en el corazón.

Hala, pues ya está, he sabido decirlo todo, sin salirme de la linea, gozando de la experiencia y cerrando con llave el lugar en mí corazón que he reservado para esta película hasta el fin de los días.

9/10