martes, 8 de mayo de 2012

LOS JUEGOS DEL HAMBRE


Esta crítica la tengo que empezar admitiendo que no he leído Los juegos del hambre, así que voy hablar de Los juegos del hambre como película y como película Los juegos del hambre no es tan brillante como nos habían hypeado los medios.

Es muy fácil decir que esta película no va solo de unos chavales que juegan a matar y que eso es un reflejo de la sociedad actual y una acida crítica a los medios de comunicación y a los gobiernos que nos oprimen, que lo es cuidado, pero pasa tan de puntillas por todos esos asuntos, intentando huir de los prejuicios de este tipo de films para adolescentes innovando y entreteniendo bastante en la primera parte de la película que al final se deja llevar, se cansa de innovar y va a lo tradicional, haciendo que la segunda parte, los juegos del hambre propiamente dichos sean aburridos y redundantes.


Sé que ahora mismo hay miles de fans que estarán afilándose los dientes esperando a que acabe de escribir para lanzárseme a la yugular y morderme hasta que no que de rastro de mí. Esperad. No he dicho que sea una mala película, ni mucho menos, funciona muy bien durante la primera hora y cuarto de su denso metraje, la historia inicial, cuando Katniss se presenta voluntaria para ir a los juegos y proteger así a su hermana es emocionante y toda la parte en la que buscan patrocinadores, vamos la parte de Woody Harrelson (que poco trabaja este tío y como mola verle en escena) y Lenny Kravitz (sí, el guitarrista no el panadero jeje) se pasa en un suspiro, la película en esta parte huye de esos topicazos del cine de aventuras con frases relamidas, que sí, que tal vez le queden bien a Nick Furia porque tiene porte para decirlas, pero aquí nadie tiene ese porte. También el film en esta parte adquiere una personalidad al enseñarnos que no estamos frente a unos personajes estereotipados y que la sobada relación de amor entre los protas, ese triángulo no es tan típico. Hasta aquí todo mola bastante y la película no decae en ningún momento. Hasta aquí.


Porque entonces empiezan los juegos del hambre y la película tira por tierra todo lo que había conseguido y lo que debería ser un Battle Royale con moralina es un Crepúsculo con demasiado azúcar. Noto vuestras zarpas acercándose a mí, fans enloquecidos. Cuando el film debería alzar el vuelo y culminar esa celebración de la libertad, de la ruptura con los sistemas dictatoriales y la opresión, que ese es en realidad el verdadero mensaje del film y olé por él; se deja llevar por los tópicos de los que huía antes y no llega. La película necesita ser dura, si en la primera parte todo resultaba bastante real a pesar de los esfuerzos de Gary Ross de meternos por los ojos un futuro bastante hortera con demasiados colores que recuerdan un poco a El quinto elemento hasta arriba de coca; en la segunda parte es un quiero y no puedo, el pesimismo deja lugar al optimismo de pensar que se pueden ganar los juegos y que una nueva realidad es posible; aparece la sobada historia de amor y aparecen los defectos de Ross como director rodando un final torpe y rápido para terminar la peli porque no sabe por donde salir y eso se nota.

En fin, que no es una mala película ni mucho menos como he dicho antes, pero debería ser mejor, porque se lo debe a los espectadores que confiaban en un nuevo cine para adolescentes y que se han encontrado con algo tan visto que deja bastante mal sabor de boca y hambre, sobre todo mucha hambre.

6/10