lunes, 31 de marzo de 2014

Crítica "EL GRAN HOTEL BUDAPEST" Es perfecta.


Wes Anderson cocinando un clásico a fuego lento y de la manera más elegante, este hombre ha hecho una película de las suyas y además se ha currado un homenaje al cine de los años 30, 40 y 50 espectacular; una película minimalista y grandiosa, cómica mientras nos cuenta una tragedia ridícula y... sí, sí, sí, que se me ve el plumero, que soy muy fan de Wes Anderson y no lo puedo evitar, tengo puesta de fondo la banda sonora de la peli compuesta por Alexander Desplat, me viene flashes de ella y simplemente me dejo llevar. Aviso aquellos que dicen que no soy parcial y que mis críticas no les gustan por eso mismo: Esta crítica no os va a gustar nada.

Nada mejor que empezar un párrafo hablando de esta película y que suene "Overture M. Gustave H." y después "A prayer for Madame D." seguiditas, una verdadera gozada de B.S.O., la tenía que destacar en primer lugar porque, como todo en esta película, la elegancia con que Desplat hace sonar el piano, el triángulo y elementos musicales antiguos para confeccionar esta banda sonora es increible, como, con su música nos presenta el hotel en horas bajas, el hotel en toda su majestuosidad y las personalidades de los personajes, siendo la más importante la de este brillante y desde ya icónico M. Gustave H. interpretado por un delicioso Ralph Fiennes.

También es verdad que el bueno de Wes Anderson no se come mucho la cabeza con la historia, lo que ves es lo que hay: un hotel, una herencia, un cuadro, una huída, traiciones y toda la parafernalia de folletín de los años 30, pero ahí es donde Anderson gana, en las distancias cortas y en los relatos, a simple vista simplistas, porque el tío se aprovecha de las flaquezas de la historia, que es épica a más no poder pero no es nueva, para elaborar unas personalidades en sus personajes como no hemos visto en años, además de una puesta en escena y unos diálogos brillantes y para paladares muy exquisitos.


Os he avisado que no os iba a gustar a muchos esta crítica pero no puedo evitar a mi fan enloquecida/moja bragas de Wes Anderson y rendirme ante este trabajo perfecto, es verdad, tiene los elementos básicos de su filmografía: una puesta en escena basada en los detalles, unos personajes con un pasado y con una elaboración espectacular, una fotografía y una banda sonora que bien podrían ser calcadas film a film ¿y qué? eso le hace grande a este hombre, ese "copia y pega" constante, si bien todas se parecen todas son tan diferentes, ya hable de una familia de genios, de un investigador del fondo de mar, de un zorro avispado o de un campamento infantil, lo que Anderson cuenta lo hace con un sello de calidad como el buen jamón. 

Y ahora toca hablar de los actores, sin duda la gran baza de la película, porque en el hotel Budapest está todo el mundo, desde el brillante Ralph Fiennes con esos diálogos y esas réplicas dichas con esa gracia, hasta los habituales en el cine de Anderson como Bill Murray o Jason Schwartzman pasando por Jeff Goldblum, Willem Dafoe, Edward Norton, Saoirse Ronan, Jude Law, F. Murray Abraham y Tom Wilkinson estos tres protagonizan el prólogo y el epílogo del film zambulléndonos en esa atmósfera de "alguien me contó una historia, dentro de otra y a su vez dentro de otra..." base argumental divertida y original con la que Anderson se divierte como un niño; o la desconocida Tilda Swinton, nadie sabría que es ella debajo de esa tonelada de maquilaje y aún así sobresale en sus pocos minutos en pantalla. Un reparto coral en el que cada uno tiene su momento y lo clavan.

Soy imparcial, soy un fanático sin vista ni ojo crítico, soy un blando con los directores que me gustan, soy un Tomás Roncero de Wes Anderson, es verdad todo lo que me digais, acusadme con el dedo, pero esta película es P-E-R-F-E-C-T-A y lo digo bien alto.

10/10