miércoles, 21 de marzo de 2012

5 METROS CUADRADOS






O como hacer cine social sin buscar descaradamente la complicidad del público, vamos hacer una buena película sin recurrir a la Aranoada.

5 metros cuadrados tiene mucho a su favor para ser una película grande, pero en cambio no llega a ese punto porque en la parte final todo es demasiado dramático y fingido, una pena. La tercera película de Max Lemcke tiene unas cartas perfectas para ser un film cercano y arriesgado que retrata de manera envidiable la situación actua de muchas personas: tenemos a Alex y Virginia, una pareja que se compra un piso sobre el papel, invierte un dinero y un buen día la finca no se hace y pierden el dinero, este es el pan nuestro de cada día de unos años hacia aquí. La película se centra en la vida de esas personas, las que han invertido su dinero y lo han perdido y de como sus vidas se desmoronan con ese brutal acontecimiento ¿Véis como tienen muy buenas cartas?


Y las sabe usar, Lemcke mueve a sus personajes y a nosotros mismos por donde el quiere, pero sin manipularnos, haciendo que pensemos lo que queramos pero diciéndonos cuanto es uno más uno. Como va creciendo la tensión en la pareja, con la familia de ella, en el trabajo, con la constructora, el director abre muchos frentes que debe cerrar, unos los cierra mejor y otros los cierra peor, pero el verdadero problema, al menos en mí opinión es que carga demasiado las tintas en lo dramático en el último tercio de la película, no es necesario tanto dramatismo, ahí sí intenta colarnos una al estilo de Fernando León de Aranoa, un Lunes al sol, donde las cosas se ponen mal cuando ya están mal, es como redundar en algo que sabes que no va a terminar bien; en la última parte de la pelíula Lemcke se obceca en putear al personaje de Fernando Tejero tanto tanto que se pasa, lo está pasando mal, lo entiendo y repesto sus decisiones durante 70 minutos de film pero en los últimos 20 minutos no lo lances todo por la borda llevándolo hasta semejante extremo, así no.


Pero, aunque ese último tercio se esfuerce bastante en romper la unidad de un guión sólido que tiene todo el film no lo estropea, lo hace deslucir un poco pero no lo suficiente, porque donde radica el punto fuerte de la película es en la pareja protagonista y en los brillantes secundarios. Fernando Tejero por fin me ha gustado por completo, por fin ha conseguido un papel serio que hace que demuestre lo grande que es, me gusta; Malena Alterio también mola, su personaje en la sombra se come la misma mierda que el de Tejero y ella con una mirada lo transmite perfectamente; y luego están esos dos secundarios que ejercen de antagonistas interpretados por Emilio Gutierrez Caba y un Manuel Morón que está impresionante, si estos dos actores por separado me encantan, juntos son una bomba de talento.

Pues eso, que la película es buena, quizá no todo lo buena que debiese, porque lo tenía todo para serlo, a Lemcke le falta perfilar un poco la parte final pero aún así, con un buen reparto y un guión inteligentemente escrito la película funciona.

7/10