miércoles, 10 de octubre de 2012

SITGES 2012. LO IMPOSIBLE


Llevo un buen rato pensando en como puedo empezar esta crítica para que os enganche. Creo que ya lo tengo: Lo imposible es la mayor comida de tetas de la historia del cine moderno ¿he creado cierto hype? Me alegro.

Esa frase tan poco apropiada tiene una explicación y esa explicación, como crítico vuestro que soy os la voy a dar jeje.
Estamos todos de acuerdo en que este es el estreno del año de todas todas, pero ¿es la película del año? no, no porque no lo intente, sino porque no llega, porque J.A. Bayona no arriesga por miedo a no ganar, se resguarda bajo el tejadito de la espectacularidad, la sensiblería y esa obligación que mata por completo su personalidad al querer gustar tanto a todo el mundo. Bayona no se lanza al toro, no deja atrás ese tejadito en el que tan seguro se siente, no sale y se moja, no nos da unos personajes con garra, más allá del de Naomi Watts que es el único que de verdad está trabajado y bien construído; el director, que ya no es un principiante, en este su segundo largometraje debería dejar atrás esos miedos del debut e ir más allá, no le pido que no me hable de su tema más recurrente que es la familia, que lo haga, pero que no cargue tanto las tintas, que no vaya hasta el exceso y no busque tanto la complicidad del público, por eso Bayona no llega, no llegaba en El orfanato y no llega en Lo imposible, tiene miedo a que le salgan mal las cosas, pero tampoco desea descubrir que pasaría si saliera a matar, que probablemente cortaría las dos orejas y el rabo, porque tiene talento para ello.


Y mucho ojo a la historia, que es potente como ella sola, no ya porque esté basada en un hecho real, que eso ya le da un mas 5 de complicidad, sino porque la manera en que están rodados los primeros 40 minutos de peli es espectacular, por momentos piensas en estar viendo la obra épica que Bayona algún día nos dará, pero no, si al principio del film, durante 15 minutos, el director se piensa que por decirnos: aquí hay una madre, aquí hay un padre y aquí hay unos hijos ya está todo hecho está muy equivocado, no hay profundidad, no le preocupa saber de donde vienen los personajes ni donde van, joder tío! tienes un testimonio de primera mano para completar ese hueco, curratelo un poco para que conectemos con ellos y me importe lo que les pasa. Pero no, otra vez el miedo arriesgar.

Pero de repente llega el tsunami y la película coge una velocidad y una fuerza arrolladora, ahí es cuando te dejas llevar y gozas, ahí es cuando Bayona es un director como la copa de un pino, durante el tsunami y lo que viene inmediatamente después del tsunami, todo funciona como un reloj hasta que Naomi Watts y su hijo, perfectamente interpretado por un soberbio Tom Holland llegan al hospital y la peli baja el ritmo, se mete bajo el tejadito que he mencionado antes y deja que los acontecimientos, mil veces vistos y para nada trabajados hagan su faena. Mal.


Y si antes he mencionado el papelón de la Watts y del actor que interpreta a su hijo, Tom Holland es porque en el reparto está la gran baza del film, cualquiera que pase por ahí y cuente algo está de puta madre, sobre todo los protagonistas que hacen creíble el film en todo momento, Ewan Mc Gregor está espléndido, como siempre y hace lo suyo con su parte del film, de calle un gran personaje desparovechado, un padre y marido coraje que, y redundo con el miedo, Bayona no explota. Y es que hasta los secundarios, con sus subtramas nada pero nada nada explotadas están de maravilla aunque sus historias, muy pero que muy jugosas no tengan cabida en el juego de lágrimas del director.

Bueno, pues ahora es cuando os explico el porque de la frase del principio, por si aún no os ha quedado suficientemente claro: J.A. Bayona es un como un quiceañero pajero que está apunto de perder la virginidad con una macizorra salida y que cuando debe entrar a matar se entretiene demasiado en comerle las tetas, lo hace de maravilla pero ambos se quedan con el calentón porque ese quinceañero con miedo a la penetración que es Bayona se siente agusto ahí fuera, viendo como otros mojan y él no. Pero algún día mojará y ese día, ese día me comeré mis palabras y mi odio hacia él y me quitaré el sombrero, a ver si llega pronto.

6/10


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