La película que hoy me ocupa no es una mala película, tampoco es una gran película, es solo una película más.
El mensajero es una película que habla sobre las leyes estadounidenses y la colaboración con la policía de un modo muy directo y bastante inocente. La historia es la de un padre, un bastante contenido Dwayne "The rock" Johnson cuyo hijo es arrestado y llevado a prisión por narcotráfico, para disminuir la condena de su hijo, el cual no cometió el crimen del que se le acusa, su padre se mete en el negocio del narcotráfico para ofrecer en bandeja a los narcotraficantes a la policía, pero todo se complicará, evidentemente. El film en ningún momento se quiere mojar más de lo necesario y aunque juega bastante bien su cartas nunca se llega a mojar del todo por si las moscas.
La película se esfuerza en que me crea lo que me cuenta pero me es imposible, para mi el film va de unos tíos que se tiran toda la película provocando a The rock para que salte y suelte mandobles y lo provocan durante 90 minutos para que al final The rock reparta, reparte lo mínimo para no estropear una historia que quiere ser mucho más profunda de lo que es.
No veo que nada esté realmente sentido ni que sea suficientemente interesante, la historia familiar no me entretiene ni me causa ningún sentimiento y la trama policial no consigue interesarme porque parece escrita por un niño de parvulario. Los actores que acompañan a The rock tampoco se lucen lo más mínimo, Susan Sarandon, Benjamin Bratt o Barry Pepper funcionan a mediogas porque entienden, como todos que entienden que este film solo sirve para lucir una supuesta faceta dramática de Dwayne Johnson.
Pues eso, una peliculita del montón para ver y olvidar, aunque si no la véis tampoco os pasará nada.
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