El nuevo film de Steven Soderbergh es sin duda su mejor película, sin duda sin duda alguna, porque sin salirse los más mínimo de los cánones marcados por el género del biopic ha realizado una historia sobre personas al límite tan hortera y elegante que queda para el recuerdo como un film necesario y valiente.
Behind the candelabra cuenta la historia del histriónico pianista Liberace, interpretado por un Michael Douglas tremendo, y su relación homosexual con Scott Throston, un Matt Damon que, como siempre que trabaja con Soderbergh saca lo mejor de si mismo, un biopic diferente, que si bien cumple las reglas de todo buen biopic, la historia tiene los altibajos clásicos de estos films, en ningún momento se puede ir "on fire" como la escena de la presentación del personaje de Liberace; pero aún así cumple muy bien su función, mostrar las luces y las sombras de un artista y su amante, una pareja normal, como podría ser cualquier otra pareja de cualquier otro biopic. Solo que este en especial esta demasiado bien rodado, interpretado y, sorprendentemente bien dirigido que al final no importa que los personajes no aguanten el tipo los 110 minutos de film porque el conjunto es delicioso.
Porque como he dicho antes, intentar ir "on fire" todo el tiempo es imposible e intentar que Liberace tenga la fuerza suficiente para soportar el film entero, o el personaje de Damon, que aunque lo intentan con unas interpretaciones soberbias no tienen una base argumental tan fuerte como para aguantar todo el film.
Pero la película tiene otras muchas cualidades, muchas más que defectos, Behind the candelabra tiene una fotografía y una ambientación que te mete de cabeza dentro del universo ochentero hortera que ha creado Soderbergh, el cual tiene una mano increíble para dirigir actores y aquí lo hace de maravilla. La película tiene la facultad de hacerte recordar tiempos pasados, su ambientación lo consigue y sin pensar puedes creer que después de la peli van hacer un capítulo de Dallas.
La película no es perfecta, es la mejor de su director, un pretencioso gafapasta que se esfuerza en hacer bien las cosas y que, en esta ocasión ha acertado de pleno.
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