jueves, 4 de julio de 2013

EL HOMBRE DE ACERO (MAN OF STEEL)


No va a ser fácil hablar de "El hombre de acero", aviso. Hablar de un film de Zack Snyder nunca es fácil porque nunca sabes muy por donde entrarle ¿tal vez porque Snyder en realidad no es un buen director de cine? ¿tal vez por qué es buen director de cine pero su alma de friki pajillero no le deja dirigir bien? No lo sé muy bien.

He recapacitado mucho sobre este film para poder hablar sobre él desde la distancia y la verdad que no creo que haya distancia suficiente para poder evaluar hasta donde llega el exceso del film de Snyder. Porque "El hombre de acero" no es una mala película ni mucho menos, solo es excesiva, Snyder esconde sus defectos narrativos, que son bastantes con una pirotecnia anabolizada que llega a cansar. La historia es simple y la conocemos todos, en el planeta Krypton, antes de su destrucción unos padres envían a la Tierra a un bebé y una vez aquí se convierte en Superman, a grandes rasgos esa es la idea. Pues ahora chutad de hormonas a la idea original, metedle un poco de oscuridad Nolaniana y ya tenéis el producto.

"El hombre de acero" no pretende ser más que un blockbuster veraniego con pretensiones, como este año no tenemos Batman de Nolan pues tenemos Superman de Snyder y la verdad, que con toda la rabia que me da el primero lo prefiero al segundo. Zack Snyder siempre está pasado de rosca, a veces parece que se intuye que quiere dirigir bien y crearse una personalidad, pero tal vez solo consiguiera eso en "El amanecer de los muertos", de calle su mejor film hasta la fecha, porque aquí no sabe mantener un ritmo eficaz, sin trompicones, aquí hay mucho ruido y pocas nueces. El trabajo de Snyder queriendo crear un personaje durante la primera hora de film acaba resultando cansino y repetitivo en la figura del personaje de Kevin Costner (¿cómo puede cansar tanto un personaje?), luego empieza "la hora de las tortas" y el film se olvida por completo de los principios del superheroe convirtiéndolo en una máquina de matar sin motivo ni objetivo.

Miento. Sí tiene un motivo: salvar a la Tierra y de paso enamorar a la sosainas de Lois Lane, interpretada en esta ocasión por la siempre descafeinada Amy Adams. La idea es que cuando Superman ya es consciente de sus poderes y sabe como utilizarlos llega el momento de destrozar ciudades, coches, autobuses, edificios, con la excusa de salvar el mundo, os prometo que si el film dura quince minutos más no haría falta que Zodd quisiera acabar con el mundo ya que Superman lo habría destruído él solito.

Y ese es, sin duda el gigantesco problema de Snyder, no sabe dosificar, no sabe sacar jugo a los personajes y, desde luego es incapaz de seguir un hilo lógico durante los 130 minutos de film. Tienes una relación paternofilial Kryptoniana a la que sacar un jugo extraordinario y prefieres desaprovecharla en escenas chorras de Clark Kent con Russell Crowe modificando el sistema operativo de una nave. Luego tienes unos padres en la Tierra a los que sacarle un modesto juguillo con una subtrama de relación familiar problemática y prefieres meter un accidente de autobús y un incendio en una base petrolífera para que entendamos que, aunque Kent solo quiere ayudar no debe mostrar sus poderes (ridículo), en lugar de cascarse una escenas con discursitos rollo Nolan (el bueno, no el de The dark knight rises, ese es plomizo) que pasen a la historia ("la noche es más oscura justo antes del amanecer" fuck yeah).

Y es que ese el problema de base de Snyder, es tan efectista que no sabe hacer que los personajes hablen, no resuelve una escena con una mirada, prefiere hacerlo explotando cinco edificios ¡eso es psicología Zack! y eso hace que este Hombre de acero se resienta tanto, le sobra relleno aburrido Costneriano y desde luego le sobra muy mucho una parte final completamente pasada de rosca, con un Henry Cavill que, por muy fortachón que sea no convence y con un Michael Shannon ejerciendo un rol de villano aún más ridículo que el Bane de Nolan.

Es una lástima, lo digo desde lo más profundo de mí corazón porque quería emocionarme y vibrar con este nuevo acercamiento al personaje de Superman pero no me ha calado muy hondo, tiene sus aciertos, pero el exceso y, en ocasiones la falta de sabiduría o tal vez de experiencia de Snyder lastra el resultado.

5,5/10


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