jueves, 20 de junio de 2013

CICLO TAKASHI MIIKE. SUN SCARRED


Miike social, Miike flojo. Tiene fuerza, tiene garra, sabe lo que se hace pero también se preocupa mucho por gustar. De acuerdo que el tema es serio y grave y meterse en el de lleno era un riesgo y aunque Miike, con valentía haya entrado en él, no llega hasta el fondo.

Porque la historia, la de un hombre cualquiera que tras ayudar a un vagabundo de una paliza de unos jóvenes ve como su vida cambia para siempre cuando esos jóvenes se vuelvan contra él. El verdadero mensaje del film es la tragedia y sobretodo que la violencia genera más violencia y el círculo vicioso que mete dentro a todos los que se acercan. Miike sabe muy bien como contar esa historia, sabe mostrar la tragedia de un modo duro, como un puñetazo, es la primera parte, la presentación del personaje principal, la relación con su familia y el adolescente asesino en esta primera parte, la parte en la que Miike nos situa para mostrarnos luego la violencia pura y dura, está muy bien, es digna del Miike más contenido y eso le da una personalidad, dentro de una crudeza muy real y muy dura.

Pero entonces llega la segunda parte, tras una especie de pausa en blanco y negro para situarnos en la vida del protagonista tres años después de los hechos del inicio del film
 la película nos presenta a un personaje oscuro, que busca la venganza a cualquier precio y eso está bien, con la misma crudeza Miike rueda como el adolescente asesino reinicia su vida tras salir del reformatorio y como el protagonista busca su venganza a pesar del cambio del chico. Pero la película pierde toda la credibilidad en un giro de los acontecimientos con respecto al personaje del adolescente y a una  nueva banda de jóvenes que si bien nos muetsra el círculo vicioso de la violencia no creo que sea la mejor forma de mostrarla.

Una película que podría haber sido muy importante dentro de la filmografía de este hombre pero que por cierto miedo y por querer gustar demasiado no llega.

6,5/10


1 comentario:

  1. Una vez más, y para no variar en ello, el sr. Takashi Miike se dispone a dar otro giro a su filmografía con la que ha acabado por ser una de sus más logradas obras. A pesar de reducir su frenético esfuerzo de realizar cinco o seis películas por año, 2.006 fue muy fructífero para el nipón, como de costumbre en su ajetreada rutina; estrenó la experimental y fantástica "Big Bang Love", colaboró con Sho Aikawa en la interesante "Waru" y probó suerte en la serie de televisión "Masters of Horror" con "Imprint", aunque luego los censores prohibieran la emisión del episodio por la brutalidad del contenido.
    Fue antes de que se sumergiera en el extraño mundo de los vaqueros y los samuráis con "Sukiyaki Western Django" cuando acabó encargándose del guión de Toshimichi Ohkawa, un drama de peso, descarnado y pesimista, que trataba una situación bastante triste de la sociedad: el incremento de la violencia en la población juvenil y adolescente. Para ello, Miike volvió a recurrir a Aikawa y probó algo que rompía con la dinámica de su estilo, aunque ya lo hubiera hecho anteriormente: erradicar todo rastro de humor negro y contar una historia realmente seria y profunda...y vaya si lo consigue.

    Con una descorazonadora secuencia inicial semejante a la del "Violent Cop" de Kitano (o, ahondando más en la historia del cine, a la de "La Naranja Mecánica"), el director se revela más oscuro, pesimista y crítico que nunca; el Miike de las mamarrachadas de "Ichi, the Killer" o el de las idas de olla de "Gozu" o "Visitante "Q" " se esfuma para dejar sitio a su vertiente más dramática, la que visitó en "Cementerio Yakuza", condenando, con toda la crudeza posible, una situación tan delicada como es la decadencia de las jóvenes generaciones en una sociedad moderna y rebosante de tendencias pero a la vez fría y abocada a la autodestrucción. Un aspecto ya tratado anteriormente que encuentra similitudes, por su contexto y planteamiento, con la también japonesa "Confessions", de Tetsuya Nakashima.
    Pero bien mirado, ¿qué es "Sun Scarred"? Ni más ni menos que la típica historia del hombre desvalido, abandonado por todos y carente de fe, que ha de tomarse la justicia por su mano, algo que llevamos viendo a lo largo de los años desde que en "El Justiciero de la Ciudad" mataban a la esposa de Charles Bronson (aunque la que nos ocupa recuerda más a "Yo soy la Justicia"). Esa es la idea fundamental: un tipo en busca de venganza y sangre, pero la dinámica de la trama está tan bien llevada y construida, los personajes son tan creíbles y el director consigue enganchar al espectador con tanta facilidad que no importa si lo que has visto ya lo has visto...el caso es que quieres volver a verlo.

    Un magistral Sho Aikawa nos deleita con la que posiblemente sea la mejor interpretación de toda su carrera, casi repitiendo el papel de padre vengador que ocho años antes le vimos hacer en "Los Ojos de la Araña", de Kiyoshi Kurosawa; el espectador llega a sentir el dolor, la desolación y el agobio que sufre este personaje, con quien es fácil identificarse, e implora que mantenga su fuerza y su empeño por agarrar a los culpables. Aikawa se come la pantalla, pero no se quedan a la zaga Miho Ninagawa, Sei Hiraizumi y un tremendamente odioso Satoshi Morimoto. Por supuesto no falta en el reparto Kenichi Endo en su enésima colaboración con el director.
    Retorcida, demoledora, siniestra por momentos, llena de giros inesperados, con un final absolutamente orgásmico y un espléndido trabajo de fotografía por parte de Masato Kaneko, "Sun Scarred" hará vomitar a los más liberales y a los defensores de los derechos humanos (sobre a todo a los defensores del menor), pero también se queda entre los más sorprendentes dramas jamás realizados.

    Takashi Miike lo ha vuelto ha conseguir.

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