El western es una fábrica de clásico constante, hay que ser muy tonto o hacerlo muy mal para que tu western en pleno década de los 50 no fuera un fucking clásico al instante. Y este lo es y además de los que crean escuela.
Pero el caso es que el señor Anthony Man que dicen por ahí que si dices su nombre 3 veces delante del espejo haces una película de vaqueros buena seguro, ya viene enseñado de casa y se monta una película que huele a clásico desde el principio, resulta que tiene al hombre que la cara más bonita e inocente de la historia del cine que es James Stewart que aunque te esté clavando un hacha entre ceja y ceja pues te lo tomas a bien porque es muuuuuy bonico jeje. Luego tiene una historia de esas que te intrigan y que quieres ver hasta el final, una persecución de unos hombres a un forajido mientras nos cuentan la historia de un arma (el winchester 73) que pasa de mano en mano y cada dueño tiene su historia que gira en torno a la famosa arma, pinta bien, tu lo sabes, él lo sabe y todos lo sabemos. Y para terminar esta el WINCHESTER 73 que es el jodido McGuffin más grande del mundo que va dando vueltas toda la película por ahí y enlaza una trama con otra y hace que los personajes luchen por ella, el arma es la protagonista absoluta.
Pues bueno si te llamas Anthony Mann y metes todo esto en la coctelera y le añades un puñadito de frases lapidarias y lo remueves todo bien, ya tienes un CLÁSICO con mayúsculas y todos le debemos pleitesía.
10/10
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