Primero fue Walter White y ahora es Aída García quien se despide de la tele forever, el símil la verdad que da cierta risilla pero la comparación es bastante resultona. Si "Breaking bad" era el serión de los sibaritas televisivos, "Aída" era el serión del populacho, de la gente de la calle y si bien al principio solo iba de Carmen Machi pegando gritos en las últimas temporadas los guiones habían aumentando de calidad considerablemente.
Como en las buenas series, al igual que en las buenas películas debe haber una boda sí o sí y aquí (ojo SPOILER) hay dos, la anunciada y la que todos deseábamos. Hay humor, hay cierres de tramas abiertas desde hacía años y hay emoción, porque otra cosa no pero esto huele a despedida desde el minuto 1 y no es hasta la aparición de Machi que la serie no explota en emotividad. Y eso me gusta, la verdad que gocé la despedida de Esperanza Sur, no solo porque la he seguido desde el inicio sino porque da cierta penilla despedirse de estos personajes a los que se les coge cierto cariño por lo bien construídos que están, más allá de la propia Aída del título personajes como Mauricio, Paz, Luisma, Mauricio, Soraya o incluso Machupichu han hecho las delicias de los espectadores y poco a poco han ido cuajando en la audiencia por estar muy bien definidos.
Pero (porque siempre hay algún pero) el cierre fue de manual, ni se rompieron la cabeza ni quisieron innovar, dieron las dosis justas de "lo que la gente espera" y nada más. Pero bueno, para una serie que nació de otra serie como era "7 vidas" y que ha sido tan longeva por su diversión desenfrenada es muy de agradecer que haya terminado en todo lo.
Yo echaré de menos "Aída" los domingos por la noche y frases como: "Claro, como el Luisma es tonto" o el "Turu, turu, turu" de Mauricio resonarán en mi mente aún durante un tiempo. Adiós.
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