Esta tarde me he encontrado con una noticia muy triste, porque uno de los hombres que más nos ha hecho reir se nos ha ido a los 69 años de edad, él era Harold Ramis y por muy lejos que se vaya su cine siempre nos quedará.
Ramis ha fallecido por complicaciones derivadas de una de las denominadas enfermedades "raras". Este director se hizo archiconocido por su papel de Egon Spengler en las dos partes de "Los cazafantasmas" y por dirigir películas tan especiales y que tanto nos han hecho reir como "Atrapado en el tiempo", la película de culto con Bill Murray; "Una terapia peligrosa" con Robert de Niro y Billy Cristal; aunque como actor también se labró una buena carrera en el mundo de la comedia participando en films como "Mejor...imposible", "El pelotón chiflado" o "Lío embarazoso".
Pues eso, que siempre nos hiciste reir y ahora nos congelas la sonrisa, siempre nos quedará tu cine. Haznos un favor a tu fans y sigue haciendo reir allá donde estés.
Es arriesgado hablar de esta película sin caer en los tópicos humorísticos de los números musicales y la excentricidad de todo lo que lo rodea, pero aquí no hay números musicales y además se la ve muy europea, más sobria, un Luc Besson con olorcito a kebab.
Porque en este nuevo film del gran actor indio por excelencia Salman Khan se juega con todo un poco, hay intriga, hay espías, hay amor imposible entre dos bandos rivales y hay acción, la verdad que todo muy bien llevado y rodado, con unas más que dignas escenas de acción y con una trama lo suficientemente interesante como para engancharme durante sus 131 minutos.
Pero la pelócula tiene un problema muy grave y es que a ratos es imposible creersela demasiado, porque cuando puede convertirse en algo serio prefiere irse por la tangente y jugar a ser una obra libre de pretensiones y para pasar el rato, lo cual está bien, ha sido una rompetaquillas en la India y lo entiendo, tiene todo lo que la gente quiere, pero pierde la oportunidad de ser una film con un aire político bastante peligroso, de ahí que opte por ser comercial a ser reivindicativa, aunque sí hay, en el monólogo final del personaje de Khan algo de reivindicación, la película se queda en la supeficie y al menos en este caso no es nada malo.
