Podría deciros que no sé como empezar esta crítica, pero es que sí sé como empezarla, esta crítica solo se puedo empezarla siendo sincero y diciendo que Dracula 3D es un error cinematográfico muy gordo, en forma y contenido. Un error.
Cuando oímos por primera vez la noticia de que el GRAN Darío Argento iba a rodar un film sobre Dracula a todos se nos hizo en culo agua, ya nos imaginábamos el arte de ese hombre aplicado a la obra de Bram Stoker y fantaseábamos con ver algo grande, a la altura de sus mejores films como Suspiria o Rojo oscuro, pero no señor. El tito Argento ha rodado, en pleno siglo XXI una película casposa que parece más bien reirse de la obra de Stoker que homenajearla o simplemente adapatarla con cariño. No hay nada en este Dracula realmente reseñable, Argento se ha preocupado más de desnudar a las mujeres que pueblan el film que en contar una historia realmente interesante.
No hay garra ni riesgo, no hay planos elaborados de esos a los que Darío Argento siempre nos ha tenido acostumbrados, ni siquiera hay en este Dracula un interés por la historia, todo es tan de carton piedra, incluso el guión, donde cada frase es un atentado al buen gusto consigue salvar el conjunto.
Pero hay también en Dracula 3D actuaciones bochornosas que harían llevarse las manos a la cabeza al mismísimo Pedro Lazaga, desde el mismo Dracula, a nuestro Unax Ugalde, Asia Argento o Miriam Giovanelli, estas últimas más preocupadas en enseñar glándulas mamarias que en otra cosa, hacen funcionar a sus personajes a medio gas. Pero entonces aparece Rutger Hauer, que parece que va a salvar la función y solo termina de hundir la obra, al actor se le ve desganado, no es el anciano potente de Hobo with a shotgun o el replicante Roy Batty, no es nada. Rutger ya no es nada.
Bueno, pues hasta aquí, como conclusión diría que Dracula 3D tiene unos efectos vergonzosos, con una sangre hecha por ordenador realmente ridícula, un momento mantis horrible y una escena moscas digitales que son para apartar la vista de la pantalla por vergüenza ajena. En fin, esta enésima adapticón de la obra de Bram Stoker no aporta nada nuevo, solo confirma la regla de que el libro siempre es mejor que la película.
1/10