Esta comedia tenía que llegar, una historia sobre la final del mundial de Sudáfrica que ganó España tenía que ocurrir y lo raro es que aún no se haya hecho. Y si alguien tenía que hacer una comedia de este tipo ese debía ser Daniel Sánchez Arévalo, el director que ha dado un giro mucho más maduro y personal a la comedia patria.
La historia gira en torno a una boda que se celebra el mismo día que la final del mundial de fútbol de 2010. El estreno está previsto para este otoño con Quim Gutierrez, Antonio de la Torre y Verónica Echegui en el reparto. Un exito.
"Una aventura que nació hace 65 millones de años" así rezaba la frase promocional de una película que, quizá sin saberlo, quizá completamente consciente de ello cambió la historia del cine para siempre, los blockbusters nunca más serían simples pelis veraniegas para cerebros reblandecidos. Parque Jurásico había llegado con la intención de quedarse a base de rugidos de T-Rex.
Cuando en 1993 se estrenó Parque Jurásico, una película basada en una novela de Michael Crichton y dirigida por Steven Spielberg, los críticos de medio mundo la esperaban recelosos para meterle caña. La película tiene sus defectos, unos personajes más planos que un papelillo de fumar era uno de los contras que la crítica lanzaba a Spielberg y algún que otro detalle, como que la historia de supervivencia no era para nada novedosa era meras pegas de críticos pejiqueros que no querían ver más allá de la analítica crítica de Cahiers du cinema. Parque Jurásico, más allá de sus defectos y del excesivo merchandising es una película inolvidable, nació en el momento idóneo para ser grande y, evidentemente lo fue.
La historia del parque de dinosaurios que el millonario John Hammond había montado cerca de Costa Rica y el viaje de los paleontólogos Ellie Sattler y Alan Grant, acmpañados por el carismático Ian Malcolm para ver si conseguían avalarlo, así ha simple vista es una trama bastante original, UN PARQUE DE DINOSAURIOS, por el amor de dios! eso es nuevo digan lo que quieran. Por supuesto la visita al parque se les va de las manos, los dinosaurios se escapan y se monta el lío. Una historia de supervivencia dirigida por Spielberg, un Spielberg en estado de gracia, venía de rodar la magnífica tercera parte de Indiana Jones y Hook y pronto dirigiría La lista de Schindler, posiblemente la película sobre la Segunda Guerra Mundial más valiente que se ha hecho en muchos años, en fin un Spielberg con un pulso narrativo espectacular que filmó unas escenas de acción, el primer ataque del tiranosaurio me sigue poniendo la carne de gallina, que aún hoy siguen sin ser superadas.
Esta no es una crítica, es más la carta de amor de un friki hacía la película que marcó su infancia, un film único que forjó la personalidad de la mayoría de niños de mi generación, niños que querían ver una película entretenida, con acción y frases ingeniosas en un mundo nuevo e impactante y eso, a día de hoy, veinte años después no ha cambiado, volverla a ver con veintisiete años sigue siendo igual de espectacular e incluso mejor, porque no solo rememoras y celebras la existencia de un film brillante, recuerdas y celebras tu propia infancia o ese momento de tu vida en que todo se paró y un velociraptor abrió una puerta.
Han pasado 20 años y puedo recordarlo como si fuera ayer. Serían las cinco de la tarde, en la entrada del ya extinto cine Serrano de Valencia estaba yo mismo con veinte años menos, con mi madre y con mi abuela y una cola que daba la vuelta a la calle. En la fachada del cine un cartel con la silueta de un dinosaurio dibujada. Bienvenidos a Jurassic Park.
Cada persona tiene un recuerdo diferente sobre Parque Jurásico, una experiencia diferente para cada persona, un frase célebre ya fuera de Ian Malcolm, John Hammond o Alan Grant, un escena, una de las partituras de John Williams resonando en nuestras cabezas. Cada persona, un recuerdo. Cuando Parque Jurásico apareció en los cines en 1993 conmocionó al mundo, las colas eran enormes y la taquilla espectacular. Su director Steven Spielberg, siempre acostumbrado a los éxitos nos había metido en una isla repleta de dinosaurios y nos había dejado solos, mirando desde detrás de un espejo, observando nuestras sensaciones.
Y hoy, veinte años después Parque Jurásico volverá a los cines en 3D y Microcríticas esta semana va a repasar la trilogía original y su repercusión en el mundo. Un reto tan grande como crear un parque de dinosaurios!
El Gatsby de Luhrman es exagerada, pomposa y sobre todo excesiva. El Gatsby de Luhrman es puramente Luhrman.
Baz Luhrman director entre otras de Romeo + Julieta o Moulin Rouge ha construído un gran Gatsby muy particular. Ha cogido el clásico de la literatura americana de F. Scott Fitzgerald y lo ha metido de cabeza en una marmita de LSD, luego le ha metido planos aéreos hasta la extenuación, unas interpretaciones soberbias y nos lo ha presentado todo en una bandeja de plata al lado de una copas de champagne y restos de confeti de la fiesta de la noche anterior. Luhrman quiso construir en este film una épica romántica y, al menos en mi opinión, alejada de las estetas críticas de Cannes, creo que lo ha conseguido y si tal vez no es la gran película del milenio que Luhrman se piensa que ha dirigido, sí es una gran película, al menos de este año, de este mes, de esta semana o de este día.
El gran Gatsby nos mete literalmente de cabeza con uno de los cientos de planos aéreos, en el Nueva York de los años 20, lleno de excesos y riqueza por todas las esquinas; no es un film humilde, ni falta que le hace, se empeña en recrear la pomposidad de una época, no busca un retrato social, busca darnos envidia y enseñarnos que dentro de ese mundo loco de fiestas a ritmo de Jay Z existen pequeñas historias de grandes hombres como es el propio Jay Gatsby. Posiblemente si el mismo Gatsby hubiese hecho una película sobre su vida se parecería a esta celebración del descontrol.
Más allá del estilo de Luhrman hay unos actores que interpretan a la perfección unos personajes que si a simple vista pueden parecer vulgares, son mucho más profundos conforme avanza el film. Leonardo Di Caprio como alma mater de la película, desde su primera aparición se come el film. Di Caprio es consciente de la grandeza de su personaje y de las debilidades del mismo, aparentemente Jay Gatsby es un personaje fuerte e importante pero por dentro es un alma rota por un amor que se empeña en recuperar y eso Di Caprio lo transmite con solo una mirada. Y si hablamos de miradas hay tenemos la de Carey Mulligan, una mezcla entre ternura y conformidad que, a un personaje tan tramposo como este lo dota de una gran personalidad. También Tobey Maguire, del que siempre espero un mínimo esfuerzo y nunca me llega a sorprender, interpreta aquí a un Nick Carraway excelente, un espectador del drama interior de Gatsby que es tal y como nos sentimos todos.
La fotografía, el diseño de producción, el vestuario espectacular y una banda sonora muy cuidada producida por un inspirado Jay Z componen un equipo que será galardonado en la próxima temporada de premios y que, como es habitual en el cine de Luhrman es espectacular en su exceso. El tema principal de Lana de Rey, que suena durante la película ya sea cantada por ella, instrumental o a ritmo de jazz adorna con gran potencia y dramatismo a un film que vive con la sensibilidad a flor de piel. Un conjunto de cine para un director que juega a fusionar a Cecil B. de Mille, con George Cukor, con la era Iphone y el drama clásico en una película cuanto menos espectacular.
Tal vez la película de Luhrman te pueda gustar más o menos pero te causará un impacto, un impacto, para este que os escribe muy positivo, un film épico sobre el amor de un hombre a una mujer y el amor, a una época dorada como fueron los años 20 que nunca antes estuvieron tan pasados de rosca.