Permitidme que hoy me ponga romántico y le dedique una carta de amor al Festival de cine de Sitges ya que, con motivo de la presentación la semana pasada del leit motiv de este año y un primer póster me ha entrado la morriña:
Querido Sitges:
Apenas faltan 5 meses para volver a pasear por tus calles, para volver a bajar del tren de cercanías que me lleva desde la estación de Barcelona-Sants hasta este pueblo que durante diez días respira cine, habla el idioma del cine que solo el cinéfilo que ama el séptimo arte hasta el extremo entiende.
Apenas faltan cinco meses para dejar la mochila en el apartamento/habitación de hotel y salir a disfrutar otra vez de esas puestas de sol haciendo cola en el Auditori fumando un cigarro o de esas madrugadas comiendo Pelotazos y bebiendo Red bull en el Retiro o en el Prado con esas sesiones golfas que nos preparáis.
Apenas faltan cinco meses para despertarse por la mañana y ojear el planning del día, arreglarse un poco, lavarse la cara e iniciar el camino al paseo marítimo a visitar los stands de camisetas frikis, de material oficial del festival o mi muy amado stand de Cineasia donde siempre caen tres o cuatro novedades en DVD.
Apenas faltan cinco meses para ver a los maquilladores bajo la atenta mirada del Brigadoon maquillando a los participantes de la Zombie walk y que mientras camines te ataquen zombies carniceros. Faltan cinco meses para volver a visitar lugares comunes de cada año como el "famoso" Superpollo o el bar restaurante Can Xavi donde hacen unos bocadillos deliciosos y unas bravas picantes picantes XD.
Apenas faltan cinco meses para críticar de manera sucia en indecente las películas nada más salir de verlas; para acribillarlas mientras, tal vez su ilusionado director espera la reacción del público a la salida de la proyección. Eso es lo que más risa me da, soy malo en el fondo jijiji (risa maligna).
Apenas faltan cinco meses para que la sirena del Auditori suene tres veces, se apaguen las luces y en la pantalla como un dios vigilante y clemente aparezca la silueta de ese King Kong gigante que nos saluda lanzándonos aviones mientras oímos de fondo esa voz grave que nos dice: "Senyores i senyors, Benvinguts a la cuaranta cinquena edició del festival de cinema fantàstic de Catalunya" (al menos eso dirá este año y perdonad mi catalán jeje) y los pelos de todo el cuerpo se me ericen al saber que con esa frase siento que he vuelto a casa.
Bueno Sitges me despido con una mirada triste mientras el tren de cercanías se aleja de tus calles, de tu paseo marítimo y vuelvo a Valencia, a la realidad de cada día y a esperar porque entonces solo quedarán doce meses para una nueva edición.