La ficción española está de enhorabuena, ha llegado "El tiempo entre costuras" y ha puesto de acuerdo a crítica y público, es un acierto de los buenos, una serie que te mete de lleno en ella con una cercanía y un sentido del ritmo espectacular y con una Adriana Ugarte aún más espectacular.
Cuando Antena 3 compró los derechos para llevar la novela de María Dueñas a la televisión hace dos años y medio, cuando el libro era el "boom" del año no pensaba que su estrategia de rodarla y gaurdarla en un cajón a la espera de que el fenómeno pasase y que "El tiempo entre costuras" volciera a pegar con fuerza un par de años después, le iba a sair tan bien. La historia de amor y espionaje que vive Sira Quiroga se saldó el día de su estreno con cinco millones de espectadores y el segundo capítulo aún tuvo más audiencia. todo un exito para una producción casi cinematográfica de la que ahora quiero hablar como espectador y no como enumerador de logros o lanzador de datos para aumentar el hype de la serie.
Dejad que os diga con la boca llena que me he enganchado a esta serie, que es que ya necesito conocer la siguiente aventura de Sira Quiroga ¿qué me lea el libro? este no es país para lectores, muy a pesar, pero si una cosa no soporto son esos bestsellers de moda que tienes que leer sí o sí para poder hablar de algo en las sobremesas navideñas de turno, no soy de esas personas. Pero ahora que ha empezado la serie pues vi el primer capítulo para probar y me gustó bastante y vi el segundo y también me gustó aún más. Al principio esta serie puede parecer una hija bastarda de "Amar es para siempre" y "El secreto de puente viejo" per no lo es, ni mucho menos, aquí hay un buen trabajo, casi parece una película, rodada en exteriores majestuosos, con interpretaciones exquisitas, una Adriana Ugarte en pleno estado de gracia y una historia, que sin romper los esquemas ni salirse de lo habitual si tiene gancho, un gancho que ha atado a cinco millones de personas frente al televisor cada lunes. Si algo le falla a esta producción mastodóntica es el aire televisivo, la fotografía y una especie de miedo a ir más allá y completar la fusión tele/cinematográfica hacen de la serie un gozo muy disfrutable pero que, en ocasiones parece estar encerrada dentro de un niverso finito de cartón piedra, que para una historia tan grande como esta juega en su contra.
Una serie para dejarse llevar, con unas tramas que fluyen con una personalidad y un ritmo ágiles. Yo la voy a seguir viendo y eso que no soy yo mucho de estos ambientes, yo soy más de Heisenberg pero debo admitir que Sira Quiroga me cae bastante bien.
8/10
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