martes, 28 de mayo de 2013

SEMANA JURÁSICA. EL MUNDO PERDIDO.


Todos los sabíamos y Spielberg más que nadie que la gallina de los huevos de oro representada en forma de dinosaurio no se había terminado con Parque Jurásico. Tan solo pasaron cuatro años para que tanto Crichton como Spielberg cocinaran una secuela del éxito de 1993.

Y como dice la ley no escrita sobre las secuelas cinematográficas: "una buena secuela debe tener el doble de todo que su predecesora" y El mundo perdido lo tiene, tiene el doble de efectos, el doble de dinosaurios, el doble de efectos, el doble de pretensiones y la mitad de argumento. Esta secuela recupera al más carismático de los personajes de la original, Ian Malcolm, encarnado de nuevo por Jeff Goldblum y con unos secundarios como Vince Vaughn, Julianne Moore o Pete Postlewaithe, El mundo perdido se nos presentaba como una nueva vuelta de tuerca al mundo de los dinosaurios, esta vez en una isla diferente donde, allí sí se engendraban los dinosaurios y no en la del primer film (anda que!) todo muy cogido por los pelos y eso pesa en el resto del film.

Una película que debe ser tirada por los efectos especiales y por unas escenas de acción, que si bien son bastante menos originales que en la original, Spielberg aún se guarda algunas buenas escenas en la manga, como el ataque del tiranosaurio (de nuevo alma mater del film), el ataque de los velociraptores en la hierba o el clímax final en San Diego son obra del tempo narrativo del director de E.T. un genio en ese aspecto, que aunque trabaje con un material bastante defectuoso sabe dotar de un ritmo frenético a esta aventura, desmesurada y a ratos solo aguantable por el carisma de Goldblum, aunque no deje de ser una hija bastarda del Jurassic Park original.

Una secuela para vender muñequitos, con el arte habitual de Spielberg, quizá menos inspirado de lo normal, pero haciendo lo que puede con un material algo forzado.

6/10



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