Disney es la fábrica de hacer dinero por antonomasia, pero desde hace un tiempo las películas de la factoría están de capa caída y se han centrado de manera excesiva en su cadena de televisión y eso es una puta secta, Disney Channel es para los chiquillos una droga, que si Zack y Cody, Hannah Montana, Sunny entre estrellas y el caso que nos ocupa, lo que de verdad salva a la cadena de la quema: Phineas y Ferb.
Las aventuras y desventuras de estos hermanos son realmente graciosas y hacen que pensemos que los tíos que han creado esto no pueden compartir cadena con el creador de Cambio de clase, entre otras lindeces infantiloides. En su salto a la gran pantalla Phineas y Ferb (y Perry el ornitorrinco) me recuerdan bastante aquella joyita de la animación que es Bob Esponja la película, un verdadero desmadre que no se esconde a la hora de vendernos la moto de la amistad, a madurez, la familia y esos rollos Disneyanos, pero eso es solo una pequeña parte al final, pero el caso es que durante toda la película se respira un aire tan fresco y divertido, está claro que no es más que un capítulo de la serie alargado, pero un capítulo de los buenos, que te hace soltar más de una carcajada y que no es solo para niños.
Esto es lo que Disney era hace unos años, la fábrica de sueños continuos y no por casualidad como en este caso.
6/10
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