Hay en el mundo del cine una tendencia bastante arraigada, la tendencia a la repetición, porque todos sabemos que si algo es bueno es mejor repetirlo. Por eso los productores de El secreto de sus ojos, visto el bombazo que fue han cogido al mismo protagonista, una trama de crímenes muy similar a la anterior película y los han vestido de film de sobremesa.
Es una lástima y lo digo muy en serio que este film, que pintaba suficientemente interesante acabe siendo una repetición, una redundancia de tópicos en una trama bastante relamida. Es una película que no se esfuerza lo más mínimo en entrar de lleno en una trama que podría dar mucho más de si.
Ricardo Darín, sobrebio como siempre interpreta a un policía retirado que ejerce como profesor de criminología. Durante un seminario conoce a Gonzalo y este le intriga de tal manera que, en el momento en el que se comete un crimen en la facultad el profesor intentará por todos los medios demostrar que es el propio Gonzalo quien lo ha cometido. Como historia funcionaría bien con unos personajes mucho más profundos, al menos con unos secundarios que tuvieran cierta chicha y que no se pasearan por el film boquiabiertos ante el talentazo de Darín; y con un ritmo que funcionara un poco menos a trompicones.
La película empieza captando la atención del espectador para luego irse diluyendo en una trama criminal casi psicológica que no va a ningún sitio. Pero, lo que pensamos los espectadores y los productores es que ya está ahí el bueno de Darín para solucionarlo todo. Como ya comenté hace tiempo en una crítica sobre un film de Paul Giamatti; un actor no puede cargar sobre sus hombros con la responsabilidad de levantar un film que nace muerto. Darín puede tener mucho talento pero si el film no se pone a su altura, por mucha clase de interpretación y elegancia y aunque se mee con facilidad en Alberto Ammann que está, como siempre correctito, no puede, no puede llevar la película a buen puerto.
¿Algo bueno del film aparte de Darín? Pues que se ve fácil y se olvida aún más fácil. Se disfruta durante la primera mitad hasta que la película deja de esforzarse en currarse un poco el asunto y caer en los convencionalismos de un subgénero en auge: el de las películas de sobremesa.
5/10
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