miércoles, 23 de julio de 2014

Crítica "EL ABUELO QUE SALTÓ POR LA VENTANA Y SE LARGÓ"


Tenía toda la pinta de ser la peli buenrrollera del verano y SORPRESA así es, un "Forrest Gump" sueco con aires de realismo mágico a lo Jean Pierre Jeunet, muy bien, todo muy bonito pero inofensivo.

"El abuelo que saltó por la ventana y se largó" a parte de tener un título eterno resulta mucho menos graciosa y loca de lo que se cree, que sí que algunas risas se sueltan pero no porque la película meta el dedo en la llaga en ningún momento. La historia de Allan Karlson tenía mucho más jugo del que le han sacado, un anciano de cien años que ha vivido los momentos más trascendentes del último siglo y que ha pasado por todos ellos, según la película de puntillas y sin molestar, porque eso es la película, tan inofensiva como un pezqueñín y tan preocupada por gustar a todo el mundo que pierde una oportunidad de oro para ser una crónica cínica y divertida de los acontecimientos que marcaron el siglo XX.

El viejo Allan que paralelamente a los flashbacks sobre lo que ha sido su vida vive una aventura que huele a Barón Dandy y que no resulta nada interesante ni intrigante, inicia un viaje loco y senil en el que conoce a unos dispares personajes que le acompañan en sus aventuras y que solo sirven de entradilla a sus batallitas buenrrolleras, tan buenrrolleras como que Franco bailaba flamenco o que Stalin era un enfadica, en fin que se deja la mala leche en el cajón de los calcetines a favor de una historia facilona que gustará a todo el mundo por inofensiva y vacía.