domingo, 28 de agosto de 2011

CONAN, EL BÁRBARO

Estoy muy enfadado, Hollywood necesita renovarse, llamar al tío de Pesadilla en la cocina y que renueve ese restaurante lleno de ratas sin ideas que anteriormente se llamaba "fábrica de sueños" ¿Y por qué estoy tan y tan enojado? pues porque creo que ya está bien, ya hemos aguantado suficiente: secuelas, precuelas, reboots, adaptaciones de series, libros, cómics y los jodidos remakes, el cáncer de la gran fábrica de sueños son los remakes y aquí estamos frente a uno de los más flojos.
Si hablamos de Conan todos nos acordamos de Chuache fibradísimo blandiendo su espada en un paraje desértico, nada de CGI (la pelea con la serpiente es pura artesanía, muy Henson), una historia elaborada y unas peleas donde la fuerza bruta entre los personajes eran impactantes; ahora han pasado 30 años y al bueno de Conan lo han convertido en un metrosexual que pega saltitos  mientras el CGI campa a sus anchas con criaturas y escenarios que recuerdan, para desgracia de este film a la más que pésima Furia de titanes. Porque estamos en el siglo XXI y todo ha cambiado, donde Chuache era un badass que luchaba por encontrar la venganza, el tal Momoa, que padece el síndrome de Sam Worthington o más conocido como el síndrome del actor/palo; pues deja bastante de lado la venganza para intentar salvar a la jamelga de turno con la que, y todos lo sabemos, compartirá una noche de lujuria; donde Chuache se defendía a golpe de espada y puñetazo y no huía, Conan nunca huía de nadie por el amor de Dios, todos corrían al verlo venir; Momoa pues salta y huye cual perrillo asustado y solo se enfrenta con algún enemigo cuando no le queda más remedio; lo que en el Conan de Chuache eran unos efectos trabajados, con muchas horas de maquillaje y donde esos efectos contribuían a crear esa magia que todas las películas de aquella época tenían; el nuevo Conan se deja llevar demasiado por el ordenador sin darse cuenta, como ocurre en todos los remakes de última hornada, que esos efectos asesinan la magia.
Bueno, estamos a mitad de la crítica y ahora quiero hablar de los dos grandes elementos de la película, uno ya lo he nombrado, Jason Momoa, al chico se le nota que lo está flipando, está en plan: "Estoy en un remake de Conan, joder!" y hace lo que puede, no es todo culpa suya, no hace el papelón de su vida, pero no es por él es porque el guión es tan jodidamente nefasto que no deja que el chaval se esfuerce lo más mínimo en darle vida a su personaje; no estamos hablando de Chuache llorando y apretando los dientes, clamando venganza por la muerte de sus padres, esto no es aquello y debería dejar de compararlo, aunque sea imposible. Y ahora, casi para rematar no me quiero ir sin mencionar que el trabajo de Milius nunca me pareció impresionante, no estamos hablando del puto Spielberg, hizo una película de aventuras al uso, pero lo que ha hecho Marcus Nispel es una película de acción con mucho musculito, mucha pelea tipo Matrix, mucha cámara lenta y NINGUNA personalidad, este tío (Nispel) está acostumbrado a proyectos de encargo que nadie quiere hacer y hace lo que le dice la productora que haga, tal vez sea un buen tío para tomarse una cerveza con él pero no le echa huevos a la hora de tomar las riendas de una película.
Bueno, pues que no estamos delante del remake más grande jamás contado, de hecho estamos delante de un más que flojo remake que hace que el film original sea una jodida joya cuando en realidad era una buena película de aventuras.

4/10


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