Si quisiera hablar bien de esta película diría que es un peli grindhouse de madrugada con ínfulas Jodorowskianas, pero no me apetece hablar bien de ella, la verdad... la verdad es que la detesto con todas mis ganas.
El nuevo trabajo de Darren Aronofsky hace que me ponga del lado de la superproduccines bíblicas a lo Cecil B. deMille no porque sea yo un gran creyente, que no lo soy, sino como cinéfilo, me duele que Aronofsky directamente se cague en el legado cinematográfico de aquellos films tan grandilocuentes, me duele que no haya un respeto a esos grandes films río donde se cuenta una historia que no necesita de (demasiados) maniqueísmos para ser épica. Pero esto no es lo que le ocurre a esta película, esta película busca la épica de telefilme barato dedes el minuto 1 con esos monstruos de piedra y con ese efectismo barato (la creación del universo y tal) donde Aronofsky quiere meternos por los ojos un montaje original que acaba siendo cutre.
Y los actores jugando al exceso consiguen dar risa sin mucho esfuerzo, Crowe haciendo de loco forzado moviendo los ojos a un lado y a otro a lo Marujita Díaz y la Conelly y la Watson gritando y sufriendo a lo loco completan este universo más bizarro que bíblico. Ridículo.
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