El año pasado apareció por sorpresa un film de terror indie que nos dejó a todos un poco con el culo torcido, por la originalidad de la propuesta y por lo fresco de la idea. Ahora, no llega a un año después aparece la secuela, cuando muchos aún tienen fresca en la memoria su predecesora, acierto y error al mismo tiempo.
VHS nació como experimento para que directores de terror indies dieran rienda suelta a su talento con pequeñas historias rodadas cámara en mano con la idea de crear un found footage colectivo. La idea salió bien y ahora aparece esta secuela, que si bien ya cuenta con directores de cierto más renombre eso no garantiza una ración de sustos y casquería de calidad como la anterior. Las comparaciones son odiosas y aunque aquí las historias estén mucho más elaboradas dejan de lado lo que hizo que la gente sntiera atracción por la predecesora, la ración de sustos y el mal rato; aquí eso queda relegado a un segundo lugar, dando más importancia a unas historias donde prima contar lo de siempre desde un nuevo punto de vista a veces sale bien y a veces aburre.
Cuidado, que aunque la frescura de la originalidad ya no esté, siguen habiendo grandes aciertos en la película, la forma de rodar, al calidad de la imagen, se podría decir que hemos pasado del VHS al Full HD en tan solo una entrega y eso mol,a porque ayuda a dar más profesionalidad a estas historias. ¿Con cual me quedaría? sin duda con la tercera, la historia de la secta, no os cuento más sobre ella pero si veis el film o si ya lo habéis visto seguro que me daréis la razón, es la más cercana a ese espíritu de sesión golfa donde se conjuga a la perfección la calidad cinematográfica con el bizarre extremo y eso se agradece.
Segundas partes nunca fueron buenas dice el dicho pues aquí no es que sea una mala secuela, es superior en todo a su predecesora excepto en el factor sorpresa que, evidentemente nunca va a existir al ser una segunda parte y una ración de sustos a la altura.
7/10
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