jueves, 12 de enero de 2012

LA DAMA DE HIERRO

Crítica escrita por Manuel Otroscomoyo:



He ido a ver La Dama de Hierro sumido en un mar de dudas: tenía ganas de ver una interpretación que sin duda estará nominada en los Oscar, pero no me atraen especialmente los biopics, pero Margaret Thatcher puede resultar un personaje de lo más interesante, pero me daban miedo las opiniones que tachaban al guión de poco valiente, pero huele a canela, pero es veneno.



Del mismo modo que mi indecisión, la película presenta dos caras que, por desgracia, resultan menos compatibles entre sí de lo que podrían (y deberían) haber sido: por un lado, la vida actual de la ex-Primera Ministra y su relación con su marido (que está, er… muerto); por el otro, un repaso a su extensa carrera política, desde sus comienzos en los años cincuenta hasta su retirada en 1990. Jugando al despiste, el film arranca en el presente y nos presenta a una anciana Thatcher perdida en un supermercado, envuelta en un aura de fragilidad que se reafirma cuando la vemos, de vuelta en su casa, hablar sin reparos con su difunto esposo delante de otras personas. Todo lo que la película nos narra desde la actualidad (la reticencia de ella a dejar marchar a su marido, su relación con su hija, sus escarceos mentales alejándose de la realidad y del presente) resulta de hecho mucho más estimulante de lo que cabría esperar, mientras que, contra todo pronóstico, la parte dedicada al pasado (que tarda en llegar, por suerte) falla estrepitosamente.




No hay una verdadera relación entre ambas mitades de la película, los fragmentos se suceden de forma cronológica alternándose ambos tiempos pero más allá de eso la película no parece encontrar la necesidad de justificarse: llevamos mucho tiempo con la Thatcher política, saltemos un poco a la Thatcher mayor, no se nos vaya a dormir el público. Y arreando. Y por si fuera poco, la mitad política no cuenta con una progresión real, sino que la narración de su carrera se reduce a meros pasajes que se visitan rápidamente y sin profundizar, sin mojarse, reduciendo el contenido político casi hasta la abstracción. El proceso viene a ser "surge un problema - Thatcher lo aborda - resulta polémico - vuelta a empezar", y se limita a eso, sin explorar las más que apetecibles implicaciones sociales y personales que rodean a una personalidad política tan fuerte. Tal vez ese es el problema: que la película trata de centrarse demasiado en la persona y no en la figura. Pero eso no cuela. No esta vez.



Formalmente, más de lo mismo. La película tiene una factura clásica e impersonal, lo cual, en realidad, es de agradecer teniendo en cuenta que la directora, Phyllida Lloyd, venía directa de rodar Mamma mia! Pero justo cuando estoy a punto de usar la palabra "mediocre", me acuerdo de que en realidad, y pese a todo lo comentado, la proyección pasa en un suspiro. No vamos a hablar de un montaje acelerado, y evidentemente no vamos a encontrar secuencias de acción. No hay explosio- ¡espera, sí que hay! Pero bueno, tal vez sea la contrapartida a lo que decía antes: saltando de unas tramas a otras sin perder demasiado tiempo en ninguna de ellas, bosquejando más que perfilar, la película puede presumir de un ritmo sorprendentemente dinámico que endulza, y cómo, la impresión final del espectador.



Y ahora, al ajo: Meryl Streep. Si vamos a ver esta película es por ella, y punto. Yo soy de la opinión de que algo sólo puede ser meritorio si le resulta difícil a quien lo hace, y a Streep actuar le resulta cualquier cosa menos difícil. En su caso, lo meritorio sería actuar mal. Dicho lo cual, y llevando la contraria al mundo, diré que nos encontramos ante una interpretación menor, al menos para el que viene siendo nivel habitual. Sigue siendo un trabajo fascinante, pero esta mujer podría haber llegado todavía más allá si el guión hubiera tenido un poquito más de mala leche. Con lo que tiene, tampoco puede dar más de sí. Y si el día de mañana recordamos este papel, estoy seguro de que se deberá más al personaje que a la interpretación. Vaya, como todo en esta película. Lo destacable es la persona en la que se basa. Lo olvidable es todo lo demás.



Vaya, qué difícil debe haber resultado a sus responsables, tiene que ser rematadamente complicado equilibrar tan bien lo negativo con lo positivo. Y con esas, he salido de ver La Dama de Hierro como he entrado: sumido en un mar de dudas. Casi como si no la hubiera visto, como si hubiera visto un trailer de dos horas.



6,5/10

2 comentarios:

  1. No me gustó nada. Ni me decepcionó, porque por el tráiler ya esperaba más bien poco. Lo único resaltable es Meryl Streep y Jim Broadbent.

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  2. Totalmente de acuerdo, esta película se queda en un mero quiero y no puedo que ciertamente no convence; Decepcionada salí del cine, porque me esperaba más de Meryl o porque esperaba, que el guión pusiera en aprietos a esta gran actriz y no que la dejara pasearse por un personaje que aunque lleva a dar vida no consigue emocionar.

    Un saludo^^ y genial crítica, me ha gustado mucho.

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