martes, 24 de enero de 2012
THE COLLECTOR
Después de ver esta película me acordé de como empezaba siempre los monólogos Ernesto Sevilla: "Aquí hemos venido a partirnos el culo", que gran verdad.
The collector es la típica peli que haría un pajero aficionado al gore con mucho tiempo libre y sin ninguna idea de cine o lo que es lo mismo los creadores de Saw. Siempre he opinado que la saga gore por excelencia no es tan mala como muchos la pintan sino que conforme las secuelas se fueron sucediendo fueron perdiendo un poco el norte y lo que empezó como un juego gracioso con el espectador de "adivina quien es el malo" se acabó convirtiendo en "adivina quien va a palmarla de la manera más repugnante" y de aquellas pelis para fumados salen películas como esta. Aquí importa bien poco cualquier cosa, al principio piensas que el film es muy malo, con unos créditos iniciales que copian muy pero que muy mal los de Seven y un desarrollo de personajes digno de telefilm barato que luego se diluye cuando empiezan las muertes. Ya está.
Cuando estas viendo la película y ves como la gente empieza a morir de manera escandalosa pues te partes el culo, porque aunque no te gusten, las muertes que se sucenden a lo largo de la película hacen que te rías y por un momento te olvidas de porque el tío ese ha entrado a robar a la casa, subtrama de mierda, personajes como la mujer y la hija que desaparecen que da gusto; porque de repente hay un tío muerto entre trampas de oso y una se le ha clavado en la cabeza y se la ha aplastado, esto hace las delicias de un friki de las sesiones golfas/slasher de madrugada de Sitges; la peli será una castaña, que lo es pero joder, algunos momentos dan ganas de aplaudir.
Pero cuando dejas de ver el film como un divertimento gore y te centras en él como película es cuando todo pierde, lo que pasa durante la película no tiene nada que ver al final y lo que has sospechado pues a tomar por el culo, al final el malo es uno que ha salido un segundo y si te descuidas ni te lo dicen, porque sí amigos, lo dicen en la última escena y porque al gionista se le encendió la bombilla.
En fin, que películas como esta se hacen como churros y que los tíos estos de Saw solo tienen que meter el piloto automático para que les salga una chorrada gore de estas, que hace que te partas por lo gore que es pero que cuando te paras a pensarlo dices: "¿pero qué cojones acabo de ver?".
4/10
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