Decir que entré a ver la nueva película de Nacho Vigalondo con una sonrisa de oreja a oreja es evidente, ya que soy un gran Vigalonder, pero salir de verla con la misma sonrisa es algo de lo que me alegro.
El creador de "Los cronocrímenes" y "Extraterrestre" se mete aquí de lleno en el thriller más enrevesado y espectacular. Rodada de una manera muy innovadora, estamos viéndola desde la pantalla de un ordenador con ventanas que se abren frente a nosotros y en ellas se va desarrollando la trama, es algo que no se había hecho antes y a Vigalondo esa forma de rodar le ha venido de maravilla porque le ha salido una jugada casi redonda, sí casi.
Sería un delito desvelar algo de un argumento tan intrigante y por eso no voy a decir nada. La película camina con paso firme y seguro durante sus 100 minutos, un thriller firme y con un trabajo de guión muy elaborado hace que por momentos te olvides de la fragmentación en pantallas de la historia.
Un reparto sólido con unos Elijah Wood en su papel de poner cara de susto (como ya hiciera en "Grand piano") que tan bien le queda y que tanto aporta a la película; pero sobre todo una Sasha Grey espectacular, no me refiero al físico, porque para los que ya tengan la mano en el miembro les daré la noticia de que sí, enseña cacha, pero Sasha demuestra que es mucho más que eso marcándose un personajazo superbien construído.
Y esto me duele, no porque sea una enorme pega sino porque no me gusta criticar el impecable trabajo de Vigalondo pero en el tramo final la película se pierde en giros argumentales que más que sorprender acaban haciéndose cansinos, no por poco sorprendentes sino porque subyace un poco de trampilla en la película al dar tantas vueltas a un final, por otro lado muy bien rodado.
Otra película de Vigalondo que me guardo dentro y que hace que este Nick Chambers y esta Jill Goodard ya formen parte de mi propio imaginario junto a Héctor 2 o Julia y Julio. Lo dicho que no os la podéis perder.