En esta película se daban muchos factores para que me gustase: Stephen Frears en estado de gracia, Judi Dench y Steve Coogan que siempre están de maravilla, humor y acento inglés y una historia que me interesaba bastante, así que ha pasado lo que tenía que pasar, me ha gustado, con algún pero eso sí aunque me ha tocado mucho la patata la verdad.
"Philomena" es Judi Dench, una mujer que decide emprender un viaje junto a un periodista para encontrar a su hijo que fue vendido por unas monjas años atrás. Que la trama no os lleve a engaño pues esto no tiene nada que ver con los "Niños robados" de Mediaset ni con cualquier culebrón barato, esto es cine del de verdad, con unos personajes potentísimos y con unos diálogos brillantemente escritos. La búsqueda de Philomena me interesa y me emociona.
Aunque la manipulación de la emociones sea uno de los problemas de esta película, posiblemente el único, aunque bastante importante; Frears juega con el espectador y lo lleva por donde quiere, nos hace reir y nos hace llorar cuando a él le viene en gana y eso solo lo puede hacer, sin molestar un director que sabe lo que se hace y Frears lo sabe muy bien, por eso me dejo dominar, porque ayuda avanzar la historia esa complicidad con el público que en otra película (o con esta misma) y con otro director posiblemente no funcionaría.
Manipulaciones a parte esta película funciona porque tiene grandes nombres detrás y grandes momentos para que estos nombres se luzcan. Judi Dench y Steve Coogan se marcan escenas realmente deliciosas, cosa que se veía venir desde el trailer, es imposible dejar pasar la oportunidad de tener en el mismo film a estos dos actores y no ponerlos a dialogar sin cesar. Para la historia quedará la escena en la que el personaje de Dench explica al de Coogan la historia de un libro que se acaba de leer, es tan inglés todo y tan dulce.
Una película que gozará del beneplácito del público por saber tocar las teclas adecuadas y que a este que os escribe le ha tocado por ser deliciosa y divertida.
8,5/10