jueves, 23 de febrero de 2012

MI SEMANA CON MARILYN


Que no os engañe la cara de dulzura e inocencia de Michelle Williams en la portada de este film que presagia una dulce y tierna película llena de amor al cine, porque no es así, que lo sepáis.

Nunca me han gustado las películas que tienen una idea chula en plan: "Vamos a contar el tortuoso rodaje de El príncipe y la corista y la relación de Olivier y Monroe, la vamos a petar en los Oscar ya verás" y continuan en plan: "Mira, la historia mola pero no se sostiene por ningún lado o metemos una trama de amor o esto no da para 90 minutos" y acaban siendo: "Vamos a ver, ¿tenemos a una actriz que haga de Marilyn de puta madre? porque la historia es una mierda como una catedral" Y así se gesta una película en pocas palabras. De repente te encuentras a Michelle Williams haciendo el papelazo de su vida fente a un guión distraído, que no se centra del todo en nada y que intenta ser mítico y no llega a mera conversación fumando un cigarro en la puerta del cine cuando sales de verla.


Y no es porque todo el mundo no se esfuerce en que la cosa salga bien, desde el veterano director inglés Simon Curtis que hace que la peli huela a flema y pastel de carne, todos con su acento y su elegancia; hasta Eddie Redmayne, el chico con el que Marylin mantiene un affaire/amistad/calientapollismo hace de puta madre su papel de chico ilusionado con una gran, aunque vulnerable actriz. Y luego, después de toda la gente que se esfuerza y lo hace muy bien y dotan a la película de su toque inglés está Kenneth Branagh que aún sigue pensando en cuando adaptaba como un loco obras de Shakesperare al cine y se le iba la pinza y sobreactuaba y todo en su cerebro era victoriano; el hombre mola, porque Kenneth es mucho Kenneth pero se le va a ratos la pinzaca un poquito interpretando a Laurence Olivier y tal vez sea por eso que se le va la pinza, por interpretar a un actor que sobreactuó hasta sin actuar, por eso se lo perdono, porque siempre será  un tío grande.


Y luego pues está Michelle Williams que es el pilar maestro de esta floja película que debía ser grande y épica y no lo es, no funciona como tal. Michelle, la viudísima de Heath Ledger es un portento sobrenatural de actriz desde que salía en Dawson crece y luego en Brokeback mountain y en otras pelis (ente las que se encuentra la muy laureada y que aún no he viste Blue Valentine) demostró un talentazo y ahora aquí interpreta a una frágil Marilyn que quiere ser una gran actriz y dejar atrás su faceta de estrellaca y hace que te la creas, Williams, con una mirada o una sonrisa embelesa al espectador y te dejas llevar de su mano por esta historia que desluce su actuación.

Pues como ya he dicho antes, no me gusta que una película dependa de una actuación porque el guión no sea suficientemente sólido y aquí esa debilidad está demasiado marcada aunque esta amada Marilyn sea aún mejor que la original.

6/10

NADER Y SIMIN. UNA SEPARACIÓN






El mundo del cine es un mundo muy complicado, a veces aparecen películas malas, a veces aparecen películas buenas, a veces aparecen películas muy buenas y a veces aparecen películas como esta, que no llamaré perfectas porque sería mucho arriesgar pero casi perfectas, redondas.

Porque por películas como esta, en la que nada va a trompicones, donde todo fluye y todo es tan real que duele vale la pena confiar en el cine. La historia de Una separación nos habla de Nader, un hombre que acaba de separarse de Simin y que debe contratar a una mujer para que cuide de su padre enfermo de Alzheimer. Un buen día Nader tiene un problema con la mujer que cuida a su padre y lo que viene después pues no os lo puedo contar porque sería entrar de lleno en una trama que es mejor descubrir a poquitos y disfrutrarla en su justa medida. Como habéis podido comprobar la historia empieza fuerte pero lo que se ve aquí son varias historias, la de Nader y Simin, sus problemas como pareja y como se unen para descubrir la verdad de un hecho insignificante que cambiará la vida de todos los personajes.





Luego tenemos a la cuidadora y a su marido por otro lado que defienden su verdad y su religión ante todo. Con las fichas sobre la mesa lo que deviene después es un guión estructurado de tal manera que te hará a ti también participe de los hechos y te hará posicionarte de un lado u otro conforme avance el film. Si algo ha hecho muy bien el director iraní Asghar Farhadi, entre otra muchas cosas es jugar con el espectador y hacer que durante el film cambies tu opinión sobre los personajes y te sorprendas en la parte final de hacia donde derivan los hechos que los personajes han realizado durante toda la película.
Son los actores otro punto fuerte del film, las dos parejas protagonistas que interpretan con la sobriedad necesaria unos personajes que luchan por defender una verdad y que hacen lo que pueden por que todo llegue a buen puerto mientras se pueda. Tanto la pareja formada por Nader y Simin que están separados, pero que se unen por una causa, transmiten de maravilla el amor que aún queda entre ellos; como la pareja de la cuidadora y su marido, que hacen lo suyo como una pareja que se ama y que quiere la verdad, sin ofender a su dios y apretados de dinero hasta el cuello.


Como no podía ser de otra manera, esta Nader y Simin es también la historia de Irán, un país que aún vive atado a la religión y a unas marcadas diferencias sociales que no hace sino enfrentar a su gente y que en este film se demuestra, porque los cuatro protagonistas son toda la gente de Irán, es una crítica feroz a un país que no da soluciones a sus ciudadanos que deben solucionar sus problemas de cualquier manera.

Esta película es un milagro, espero que os haya quedado claro durante la crítica, pero si no os ha quedado bien claro pues echadle un ojo porque vale la pena, más que cualquier otro film, mirad esta película que os golpeará hondo y que disfrutaréis intentando descubrir la verdad de estos personajes tan cercanos.

10/10